Mención de Rodolfo Hinostroza

Consejero del lobo: Un aullido de cuarenta años

Escrito en 1963, el primer poemario de uno de nuestros mayores vates vuelve en una estupenda segunda edición 

¿Cuánto cree que pueda cambiar la recepción del libro después de todo este tiempo? El contexto en el que fue escrito (Cuba, 1962/1963) es muy distinto al actual... 

Leía una nota muy aguda de Giovanna Pollarolo sobre ese tema, en la que decía que los contextos no importaban tanto. Según ella, este libro pudo ser escrito ayer, ya que todavía lo encuentra novedoso y su tratamiento del lenguaje no ha envejecido. Todo dependerá del lector. Para mí, por ejemplo, fue toda una experiencia leer "Reino", de Eielson, después de tantos años en los que solo había oído hablar del libro. Y me encantó, no lo sentí 'envejecido' en absoluto. 


¿Y cómo ha cambiado, después de todo este tiempo, su relación con "Consejero del lobo"? 

Bueno, ahora lo leo con cierta distancia. Antes yo estaba muy involucrado en el mundo que propone este libro: un mundo político, de muchas tensiones y guerras, Cuba, la revolución... Yo jamás milité en un partido, pero este libro me devuelve a esa época: ahora, sin embargo, puedo mirarla con mayor objetividad e imparcialidad.


¿Cómo logró mantenerse al margen de ese discurso panfletario que atosigó el trabajo de muchos poetas por entonces? 

Los comunistas tenían su propia estética, y siempre pretendían imponerla. Y en Cuba había mucha presión para que uno escribiera panfletos. Yo, en cambio, pretendía desarrollar un 'tono' que, entonces, recién acababa de encontrar dada mi juventud. Ningún comunista iba a venir a imponerme nada. Yo ya había encontrado mi forma de 'decir', y así lo hice. "Consejero del lobo" tuvo una circulación muy restringida en Cuba. Algunos jóvenes escritores contestatarios lo leyeron. Reynaldo Arenas, por ejemplo. 


Usted estuvo en Cuba con otros dos poetas peruanos que abogaron con mucho más fervor por la revolución. Me refiero a Edgardo Tello y Javier Heraud... 

Edgardo y yo éramos íntimos amigos. El estaba pichón, recién empezaba a escribir. Yo le dediqué a la primera versión de este libro, porque corrieron rumores en Cuba que había sido asesinado. Cuando regresé al Perú, me enteré de que estaba vivo y, por eso, decidí cambiar y dedicarle el libro a una chica, a una amiga. Después mataron a Edgardo y todo fue un desastre. 


¿Cuarenta años después, cómo evalúa a los jóvenes poetas? 

Siempre me hacen llegar sus trabajos y, de hecho, estoy escribiendo prólogos para algunos de ellos. Sí, me parece que estoy en edad de 'descubrir' nuevos valores. Cuando yo era muchacho también fui muy acogido por los poetas de los cincuenta, como Rose, Valcárcel, Quiroz Malca. Todos ellos me enseñaron mucho. Yo ahora quisiera hacer lo mismo. Entre los que más me impresionan está Elma Murrugarra. Sus poemas me encantaron. Creo que es una de las voces más interesantes de su generación.

Diario El Comercio, 02/11/2003

Sección:Cultura