T i e r r a
Aquí donde la retama ya no florece y el altar del fuego sagrado ha sido apagado por los vientos del oriente un hombre de pura rabia le ha arrancado la pierna a otro una mujer ha parido en silencio al hijo de su padre y un niño ha dormido abrazado al desamor nadie se reconoce eso es lo terrible el polvo lo ha sepultado casi todo
A g u a
Sedientos avanzamos lentamente alineados como hormigas sudorosas al patíbulo y hago lo posible nublo mis ojos para no leer las inscripciones ensangrentadas que en el tiempo otros condenados con sus uñas grabaron sobre estas paredes que carcomidas por la humedad y el salitre empiezan a desmoronarse
A i r e
La espera te angustia los rostros cansados el suelo sucio la nada te agitas con ese pensamiento te invade la ansiedad pues cuanto más demora la serpiente de plata mayores son las posibilidades de arrojarte y sucede que el olor del muchacho que pasa rozándote te regresa a este lugar entonces cardo y mariposa libre olvidas.
F u e g o
Los guerreros trazaron sobre la arena la geometría de sus soledades a la medida de sus furias la espada tiñó el río desde la puna abriendo un sendero en la selva mientras el desierto de metrallas entre esteras y calaminas dio forma a caral que roja despierta como una cantuta al sur
E u c l i d e s
El trípode aún sostiene el oráculo fotográfico
y tu cuerpo tendido no entiende de muerte
profeta al fin disputas con la tentación
de perderte en el laberinto de los tiempos
en los remolinos de tu lucidez
Dédalo como un ángel
intenta liberarte del sacrificio del cordero
que limpia los pecados de este mundo
y no se apiada de ti
Heracles te arrastra hasta Barrios Altos
y te sientes parte y todo de una memoria
que no te pertenece
solo
huérfano de calor tus venas te abrazan frías
H i p ó l i t o
Su celebridad será mentada
con el ocaso
en las playas de Barranco
del fango
renacerá con orgullo
y a partir de una pluma
su victoria será bendita
su lengua de camaleón
vengará las tristes omisiones
Hermes besará su piel
de reina sin afeites
y su odio
podrá más que los laureles
de su pecho de hombre
E l p i d i o
Eco cómplice de la oscuridad
no conspira
ella espera como una silla
el que está por nacer
escucha sus gritos
Pan corre el riesgo
de ser devorado
por los infantes del Rímac
la ninfa
ya no pelea con su marido
las agujas señalan
nuevos caminos
y el feto bizarro patea la vida
E s t r a b ó n
Hasta los dos años lo creyeron tarado
pues tenía los ojos como frijoles
y una oreja malograda
su madre seca de sales
cada mañana santificó su nombre
sin dejar de reclamarle a atenea
por el fruto de su vientre
y la sabiduría fastidiada
decidió un día hacer su voluntad
y bajó al Callao
transformó a la quejosa en ave
y arrojó al desgraciado al mar
de donde fue expulsado por Nereo
quien le aseguró compadecido
que sólo el centauro Quirón
podría enseñarle a curar el mal
que la ignorancia otorgó a su fealdad
A r t e m i s a
El corazón de la diosa ha sido cazado
sangre y mujer ahora
qué terrible conjuro la doblega
quién es aquel que lo invoca
dócil y cautiva
ha olvidado la aljaba en el lecho
y ha abandonado
sin pensar en la gravedad de tal acto
su divinidad en la alcoba
unida a quien la idolatra
no concibe la tristeza
Miraflores
es el cielo que la luna bendice
sin embargo con el estío
agotado el cáliz de la eterna alianza
mortal como el amor es su desengaño
A t a n a s i a
Soy la tormenta hija de Hera y Zeus
quienes a semejanza de su padre Cronos
a veces me tragaban viva
cansada de eso
cierta noche
hurté una piedra a Deucalión
y solicité el permiso de las moiras
entonces corté el hilo
lancé la piedra
y me creé
ya después del séptimo ayuno tomé sol
encuerada al costado de Asclepio
afuera a las puertas del nosocomio
hasta que un miércoles
ascendí a los cerros del Agustino
y hoy estoy sentada a la siniestra de Apolo
y desde allí me mofo de sanos y enfermos
Tríadas
I
Son del ave
rey sin oro
sol que nos das
ese don del día
del mes
del año
sin fin
I I
Hoy acá
nos ata Eos
que nos ama
aun con sal
sin aro
sin tul
I I I
Lía tan ayo una red
ese agá que una vez osó
I V
Ora por pan
ese que oyó sin oír
que vio sin ver
que dio sin dar
V
Ara con sed
una res sin voz
V I
Van por ese mar
con ira del que cae
eco sin faz
tez sin ojo
ser sin ala
pie del pie que por tal vía fue
por vil ley del mal
V I I
Fui así
can que iba sin amo
una uva del boj
mas hoy
río con paz
V I I I
Luz mía del sur
sin ser dos
los mil que son
ves que son uno